SOBRE SINDICATOS Y SINDICALISTAS

Por Gabriel Boragina

Existe muy arraigado el mito de que los sindicatos obreros constituyeron el mejor producto del socialismo frente a las injusticias sociales y tropelías cometidas por el capitalismo contra la masa obrera. Pues bien, hemos dicho, que se trata de un mito.

Todas las mejoras en el nivel de vida de las masas fueron debidas al capitalismo y su mecánica y en nada a los sindicatos.

Históricamente la raíz y origen de los sindicatos se encuentra en los llamados gremios. No puede comprenderse la historia de los sindicatos y su papel si no nos remontamos a sus antecedentes, vale decir los gremios. Para ello citaremos lo que dice una importante enciclopedia de nuestro medio e intercalaremos nuestros comentarios entre paréntesis cuando nos parezca oportuno hacer alguna aclaración ilustrativa:

"Gremio, asociación de personas con intereses comunes por pertenecer a un mismo oficio, negocio o profesión; el objetivo de la asociación consiste en obtener protección y ayuda mutuas. El término se aplica con carácter específico a dos tipos de asociaciones que se extendieron por toda Europa durante la edad media: los gremios de comerciantes y los gremios de artesanos, a veces llamados gremios de comercio o corporaciones comerciales.

Los gremios de comerciantes

Aparecieron en Europa durante el siglo XI como consecuencia del crecimiento del comercio y de los centros urbanos durante el siglo XI. Los comerciantes tenían que viajar por diversos países, de feria en feria, por lo que, para protegerse, los miembros de un mismo centro urbano se asociaban, creando una caravana. Los miembros de esta caravana elegían a un jefe que dictaba normas de obligado cumplimiento (adviértase donde comienza el poder dictatorial de las cúpulas sindicales). Además de establecer la obligación de defenderse en bloque ante un ataque (hoy hablaríamos de un ataque de los consumidores), las normas obligaban al apoyo mutuo en caso de disputas legales. Estas caravanas recibían el nombre de gilda o hansa en los países de habla germana y se denominaban caritas o fraternitas en los países latinos. Lo corriente era que los miembros de una hansa o fraternitas mantuvieran el trato cuando regresaban a su ciudad de origen. El gremio empezó a ejercer ciertos derechos y poderes sobre el comercio en sus propias ciudades que les eran conferidos por el señor feudal y más tarde, en las ciudades libres, preservaron y ampliaron su poder (igual que hoy los sindicatos).

Con el tiempo, los gremios de comerciantes monopolizaron el comercio de la ciudad y controlaban los oficios, la venta, la distribución y la producción de todos los bienes de la ciudad. A veces permitían comerciar a mercaderes no integrados en el gremio, pero sólo a gran escala, no permitiéndoseles realizar transacciones concretas que eran exclusivas de los miembros del gremio. Así, los comerciantes que no pertenecían al gremio tenían que pagar tasas especiales al señor feudal, a la ciudad, o al propio gremio, mientras que éste pagaba cada año estas tasas, por lo que estaban exentos de otras cargas municipales. Al gremio de comerciantes pertenecían los más ricos y poderosos, que obtuvieron una importante influencia política, logrando acceder a altos cargos en la administración de la ciudad. A veces, el gremio admitía a comerciantes de otras ciudades, incrementaban su poder y su influencia, llegando a monopolizar el comercio de varios centros urbanos al mismo tiempo (cualquier semejanza con los sindicatos modernos no es pura casualidad).

Declive

Los gremios mercantiles fueron perdiendo importancia con el paso del tiempo. Comenzaron a transformarse a partir del siglo XIV a causa de la aparición de los gremios de artesanos, agrupados por oficios, que terminaron monopolizando la producción y venta de los productos que fabricaban. A medida que los artesanos de cada oficio se iban agrupando para defender sus intereses, los comerciantes de la ciudad perdían el control de la distribución de ese producto, reduciendo aún más el poder del gremio de comerciantes, hasta que perdieron por completo el control del comercio. En aquellos casos en los cuales los comerciantes habían conseguido hacerse con el poder municipal, su sistema perdió fuerza al aparecer los Estados-nación, con gobiernos centrales que disputaban el poder de las corporaciones locales. Todo ello llevó a la desaparición definitiva, a finales de la edad media, de este tipo de asociaciones (todo se reducía a una guerra entre corporaciones de comerciantes, artesanos y gobiernos igual que hoy en día. El hombre común, el consumidor estaba totalmente ausentes de esta lucha).

El gremio de artesanos

Conocidos en Francia como corporation de métier, arte en Italia, y Zünft o Innung en Alemania, surgieron a principios del siglo XII. En general, este tipo de gremios apareció cuando un grupo de artesanos pertenecientes a un mismo oficio se agruparon, imitando el ejemplo de los comerciantes de la ciudad, para defender sus intereses (los monopolios resultan altamente atractivos y todos quieren tener el suyo). En algunos casos la asociación tuvo en su origen una motivación religiosa, como la creación de cofradías para venerar a un santo patrón, pero al comprobar que todos sus miembros tenían el mismo oficio, empezó a preocuparse más por las necesidades económicas de los miembros que por sus objetivos religiosos. A mediados del siglo XII existían gremios de artesanos en toda Europa occidental. En algunas ciudades la pertenencia al gremio era voluntaria, pero en otras el gremio ejercía un poder absoluto, y quien quisiera ejercer ese oficio tenía que integrarse en la asociación. Los miembros se dividían en tres clases: maestros, oficiales y aprendices. El maestro era un pequeño propietario: poseía las materias primas y las herramientas necesarias, y vendía los productos en su tienda para su propio beneficio. Los oficiales y aprendices vivían en la casa del maestro. Los aprendices, que estaban iniciándose en la profesión, aprendían con el maestro y recibían por su trabajo tan sólo comida y alojamiento. Cuando un aprendiz había concluido su aprendizaje se convertía en oficial y pasaba a recibir un sueldo fijo. Con el tiempo, el oficial podía convertirse, a su vez, en maestro tras realizar un trabajo concreto que le servía para superar el examen que los maestros le proponían y demostrar su capacidad. Este trabajo se denominaba obra maestra. Pero los maestros preferían no aumentar la competencia, por lo que las condiciones para convertirse en maestro eran cada vez más difíciles de conseguir, reduciéndose el ingreso a miembros de pocas familias. A partir del siglo XIV las condiciones se hicieron tan estrictas que era casi imposible acceder al rango de maestro (los miembros de los sindicatos se explotaban entre sí según sus rangos y a quienes no pertenecían al sindicato lo explotaban con mayor rigor, tal como hoy. Los jerarcas sindicales no querían que los mortales comunes disfrutaran de sus privilegios que se reservaban tal como hoy día sucede.)

Entre los siglos XIV y XVI los oficiales se fueron asociando para exigir mayores sueldos y mejores condiciones laborales (a costa de los desocupados que no podían acceder al gremio porque no cumplían con los requisitos detallados más arriba). Lograron obtener ciertas mejoras salariales y laborales (para los miembros claro, no para desocupados y consumidores), a veces declarándose en huelga. Las asociaciones de oficiales se consideran precursoras de los actuales sindicatos, debido a su defensa de los derechos de los trabajadores (trabajadores empleados en el gremio y por el gremio. Pero a los desocupados, que eran mayoría en ese entonces, nadie los protegía ni se ocupaba de sus derechos. Los oficiales eran tan enemigos de la competencia como los maestros).

Una poderosa fuerza económica

Los gremios de artesanos desempeñaron un importante papel en la vida económica de las ciudades medievales, influyendo en el bienestar económico de menestrales y consumidores (la influencia en este caso fue claramente negativa respecto del bienestar económico que con ambigüedad alude la enciclopedia). Ayudaron a mejorar las condiciones de los artesanos de dos formas: protegiéndolos de la rivalidad de otras ciudades y protegiéndolos de la competencia de sus conciudadanos (vaya forma de mejorar: creando un monopolio), que comerciaban con los bienes que ellos producían. Su primer objetivo lo lograron monopolizando las actividades comerciales de su ciudad, por lo que los bienes producidos en otras ciudades no podían acceder a su mercado. El segundo objetivo lo alcanzaron imponiendo horarios comerciales y salarios iguales para todos los artesanos de un mismo oficio. Para evitar que un maestro pudiese beneficiarse, el gremio establecía el número de personas que podían trabajar al mando de un mismo maestro, la cantidad de herramientas que se podían utilizar, el número de horas por jornada laboral, la cantidad de productos a elaborar y el precio de los bienes finales (bien fascista y dictatorial). El gremio controlaba de forma férrea el cumplimiento de sus normas. Ningún maestro podía anunciar sus productos. Se prohibía la utilización de cualquier mejora técnica del proceso de producción que pudiese beneficiar a un maestro al permitirle producir más bienes con menores costes. El objetivo principal consistía en igualar las condiciones laborales de los miembros de los gremios, cualquiera que fuese la clase a la que pertenecieran. Los consumidores se vieron beneficiados por una parte, porque la existencia de los gremios garantizaba una alta calidad de los productos (esto que dice la enciclopedia es manifiestamente falso. Lo único que garantiza la alta calidad de los productos es la competencia. A mayor competencia mayor calidad y no a la inversa. El redactor de la enciclopedia sabe mucho de historia y poco de economía obviamente); pero por otra parte se vieron perjudicados, al no poder beneficiarse de mejoras técnicas que hubieran reducido los precios, ni de la competencia entre artesanos (es cierto, con lo que se contradice con lo que dijo antes. No se como no se dio cuenta de que está violando el principio de no contradicción.)

Estos gremios representaron una importante fuerza económica en la Europa de los siglos XII a XV (en procura de sus propios intereses y no de la generalidad). En Francia y en los Países Bajos, durante los siglos XII y XIII amenazaron con conquistar el poder municipal. Para debilitarlos, algunos municipios suprimieron sus privilegios, e incluso les prohibieron ejercer el control de su industria. Sin embargo, en el siglo XIV los artesanos empezaron a competir con los comerciantes para lograr el poder político. En algunas ciudades lo consiguieron. Por ejemplo, en la ciudad de Lieja, el consejo municipal estaba formado en 1384, por representantes de los 32 gremios artesanales de la ciudad. (la lucha por el poder político entre las corporaciones y los gobiernos viene de antiguo. Hoy como ayer la lucha continua, si bien con otras reglas de juego).

La aparición del capitalismo

Sin embargo, en el siglo XV el poder de los gremios de artesanos empezó a decaer. Perdieron fuerza debido a la confrontación entre maestros y oficiales. También sufrieron numerosas críticas por parte de las autoridades públicas debido a las restricciones que imponían al comercio y a la prohibición de trabajar con libertad y regularidad (cualquier semejanza con los sindicatos actuales no es mera casualidad). Sin embargo, la causa principal de su declive y posterior desaparición fue el advenimiento de un nuevo sistema productivo y de distribución, el capitalismo. Este nuevo sistema económico permitía la producción a gran escala, favoreciendo la competencia entre productores en los distintos mercados y una distribución masiva de productos. Debido a que los gremios se oponían a estas prácticas (siempre fueron enemigos del progreso y de toda medida que pudiera beneficiar a la mayoría y generalidad de los ciudadanos, de la misma manera como se oponen los sindicatos de hoy en día), los capitalistas se establecieron en aquellas ciudades que no estaban bajo su control. Los gremios, incapaces de producir tanto y tan barato como las empresas capitalistas, fueron desapareciendo poco a poco. Los mismos se transformaron en las asociaciones nucleares y sectoriales de los sindicatos, muchas veces, como ocurre en algunos países europeos y latinoamericanos con una gran participación en la conducción de los seguros de salud o seguridad social.

En definitiva la historia olvidada o deliberadamente desconocida de los gremios pinta de cuerpo entero a los sindicatos de hoy. Como vemos medidas tales como reducción de horarios y suba de salarios no aparecieron como consecuencia de la llegada del capitalismo sino que se remontan al siglo XI, cuando ni noticia del capitalismo se tenía. Las historia del sindicalismo es la historia de la lucha por el poder de grupos de personas que levantando la falsa bandera de la defensa de los intereses de los trabajadores (simple y popular excusa) solo procuran mejorar su propia suerte y la de su grupito.

Se consultó la Enciclopedia Encarta 99

Bibliografía

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