DOS DE CLASES PODER
Por PAUL L. POIROT
Durante años, la expresión "poder económico" se empleó casi exclusivamente para sugerir algo malo relacionado con las grandes empresas o el alto comercio. Pero ahora, en vista de la creciente inquietud de los sindicatos obreros por el poder económico, parece oportuno examinar el cargo. ¿Cuál es exactamente la naturaleza del poder económico? Y, ¿en qué extensión los sindicatos lo detentan, dado el caso que tengan alguno? O bien, ¿existe alguna otra clase de poder sindical?
En función de relaciones humanas, la palabra poder significa capacidad para influir sobre otros, en tanto que económico tiene algo que ver con el manejo de los propios asuntos. Poder económico, puesa menos que haya total contradicción de términos--, debe referirse a arreglos voluntarios del mercado de intercambio, en una llamada sociedad libre. Debe significar poder de compra, o capacidad para conseguir de otros lo que usted necesita, ofreciéndoles en cambio algo suyo que otros necesiten.
Una economía de intercambio practicable, presupone varias condiciones, incluyendo la infinita variedad que existe en los seres humanos, con sus diferentes necesidades y sus distintas aptitudes para satisfacerlas. Los hombres con conocimientos especializados, tolerantes en cuanto a sus razonables diferencias Y respetuosos de la vida y la propiedad de los demás, tienen buenas razones para cooperar, competir y negociar, sirviendo a otros para servirse a sí mismos. Es ésta la clase de poder creador no coercitivo que ha proporcionado la mayor parte de los instrumentos, capital, progreso tecnológico, bienes, servicios y comodidades asequibles en magnitudes crecientes a una cantidad cada ve, mayor de personas, en todo el mundo. Esto es, en resumen, poder económico.
¿En qué aspectos, pues, y en qué medida, los sindicatos obreros poseen y esgrimen el poder económico? Los gremios, como organizaciones de trabajadores, representan mucho poder económico en forma de esfuerzo creador, siempre escaso y siempre valioso. Cualquier persona con habilidad, fuerza y, voluntad para producir algo de valor para si misma o para cualquier comprador potencial, tiene poder económico. Si otros llegan a adquirir sus mercancías o sus servicios poseer poder adquisitivo. Todo hombre que trabaja con el cerebro o las manos y que ofrezca un servicio valioso es un cliente o comprador potencial de los servicios de otros trabajadores. La variabilidad del talento natural, aumentado en muchos casos por medio de adiestramiento especializado, explica por qué los trabajadores pueden intercambiar entre sí servicios, como efectivamente lo hacen, con provecho mutuo. Todos los ahorristas y propietarios de bienes, son también potenciales adquirentes de trabajo, particularmente cuando sus ahorros revisten la forma de inversiones en empresas que disponen de medios, herramientas y talento administrativo del tipo que genera ocupación. Cuanto mayor sea el acopio de capital en una sociedad, en igual proporción crecerá la demanda de trabajo humano para dedicarlo a la tarea más productiva, y tanto mayor ser el poder adquisitivo de cada trabajador. Así se percibe con claridad el tremendo poder económico del trabajo humano, y sus numerosas oportunidades de multiplicarse a través de un juicioso cumulo y empleo de los ahorros. Pero tal poder de compra pertenece a los individuos, Be encuentren, o no, en organizaciones sindicales.
Tal como señaláramos precedentemente, entre las condiciones previas para llegar a un óptimo grado de producción, comercio y cooperación voluntaria, se encuentra el respeto recíproco por la vida humana y por los medios de que los individuos se valen para mantener su vida: la propiedad privada. La paz y el progreso en una sociedad se ven amenazados toda vez que cualquier persona recurre a la violencia, la coerción, el robo o el fraude para satisfacer sus necesidades a expensas y sin el consentimiento de los demás. Este poder, en acción, para obtener algo a cambio de nada, constituye vivo contraste con el poder económico involucrado en la compra o negociación pacifica.
Respeto por la vida y la propiedad
PARA QUE EL TRABAJO HUMANO logre su máximo poder adquisitivo, resulta esencial que los ahorros y los conocimientos prácticos en manos de aquellos a cuya actividad se debe su acumulación y desarrollo y que, en abierta competencia, demostraron ser más aptos para tenerlos a su cargo gocen de entera protección como propiedad privada. A través de la historia, la humanidad confió al gobierno esa protección de la vida y la propiedad. El gobierno es poder coercitivo organizado, para conseguir la supresión de cualquier tentativa de violencia, fuerza o fraude que amenace la vida o la propiedad de toda persona pacífica. El poder del gobierno es político más bien que económico, es poder para gravar y desposeer y no poder adquisitivo por medio del intercambio voluntario. Por esta razón, el ideal de una sociedad libre requiere que el gobierno se encuentre estrictamente limitado a la defensa de la vida y la propiedad, dejando a todas las personas pacificas en libertad de utilizar sus propios medios para producir e intercambiar.
Ejemplos de coerción
AHORA CONSIDEREMOS por un momento ciertas prácticas que podrían ser clasificadas como coercitivas y no como económicas. Por ejemplo, el robo o apoderamiento de la propiedad ajena sin consentimiento del dueño, entraría en esa clase. La esclavitud y sujeción de seres humanos para que realicen trabajos en contra de su voluntad, no podrían ser llamados propiamente ejercicio de poder económico. No es poder económico el uso de la fuerza para reprimir la competencia activa o potencial, como cuando un productor, o grupo de productores, emplea la violencia o la amenaza para trabar los esfuerzos de otros, orientados a producir; o cuando uno o más vendedores niegan a otros vendedores el acceso a la demanda libre de ciertas personas; o cuando algunos trabajadores se conciertan para negar a otros trabajadores el acceso a la libre oportunidad de empleo.
Tales acciones, de individuos o de grupos, tendientes a restringir la producción o el comercio, son coercitivas por naturaleza, pues constituyen intentos monopolistas de suprimir, prohibir, repeler, dominar o interferir el poder económico de la cooperación pacifica.
Esas prácticas coercitivas deben suprimirsesegún se supone en teoríapor el gobierno, a fin de que todos los individuos puedan dedicarse a sus respectivas especialidades creadoras. Y siempre que el gobierno oficialmente reconociendo tolera o apoya la coerción, ciertas fuerzas extraoficiales usurpan el lugar del gobierno desnaturalizándolo y convirtiendo su obligatoria función de defensa en instrumento de verdadera agresión contra la vida y la propiedad.
Equivocaciones bien intencionadas
ESTE ABUSO DE PODER coercitivo no siempre o necesariamente es producto de malas intenciones; con mayor frecuencia, los propósitos parecen muy laudables: ayudar al pobre, al débil, al joven, al desvalido, al escasamente desarrollado, al enfermo, al indigente. Pero por más dignos que sean esos fines, surgen inconvenientes cuando se emplea poder coercitivo en vez de poder económico para
El poder coercitivo, si bien es el más seguro y eficaz cuando está organizado y dirigido políticamente con fines de protección, es enteramente inadecuado para toda finalidad creadora. Por ello es tan importante que el gobierno se encuentre estrictamente limitado en: su esfera de acción y sólo actúe para suprimir todo intento privado de violencia y coerción. Déjese todo lo demás al ilimitado poder económico y creador de los individuos, entregados, en su mutuo interés y beneficio, a la competencia y a la cooperación voluntaria. Toda extensión del poder coercitivo más allá del mínimo necesario para mantener la paz y el orden, se produce a expensas del poder económico, y disminuye las potenciales realizaciones de éste en favor del mejoramiento del hombre y de la sociedad.
Resumamos aquí lo dicho mediante una lista de algunas de las principales distinciones entre las dos clases de poder:
Económico | Coercitivo |
Compra | Se apodera |
Intercambia | Tasa |
Diversifica | Conforma |
Compite | Monopoliza |
Reprime | |
Promueve | Prohibe |
Sirve | Controla |
Coopera | Interfiere |
Ayuda | Restringe |
Atrae | Repele |
Crea | Destruye |
Desarrolla | Limita |
Multiplica | Divide |
Tolera | Ataca |
Recompensa | Penaliza |
Nuevo examen del poder sindical
AHORA BIEN, VOLVAMOS a nuestro asunto original y consideremos en cuáles aspectos y en qué medida los sindicatos obreros, en los Estados Unidos (1), poseen y esgrimen hoy poder económico, distinguiéndolo del poder coercitivo. Ya hemos reconocido el tremendo poder económico que ejercen los trabajadores en forma de esfuerzo creador. Empero, ¿qué le ocurre a ese poder económico durante el proceso de organización de un sindicato?
Si la afiliación al sindicato es voluntaria, entonces se produce, presumiblemente, un intercambio entre el trabajador que ofrece su cuota y el sindicato que le proporciona la utilidad de una relación más perfecta con la dirección empresaria, un mejor conocimiento de las oportunidades de empleo, y mayores dates sobre las condiciones del mercado de salarios competitivos, etcétera. Es concebible que algunos trabajadores pueden beneficiarse considerablemente con ese desembolso o intercambio, ampliando en gran medida las posibilidades de utilidad para si mismos y para los demás, sin coerción ni daño respecto a ninguno de los interesados. Esa útil tarea de representación entraría claramente en la categoría de poder económico de un sindicato obrero.
Pero, ¿qué puede decirse de otros poderes sindicales: el sacrificio de los derechos minoritarios e individuales; el cobre compulsivo de las cuotascomo si se tratara de impuestosy aplicarlas a usos que pueden ser objetables a juicio de algunos miembros; la forzada conformidad al "featherbedding" (2) , la táctica de causar innecesarias dificultades, boicoteos, "seniority patterns" (3), trabajo a reglamento, huelgas, y cosas per el estilo; la práctica monopolista de excluir de las oportunidades de empleo a los no afiliados; la belicosa actuación de piquetes de huelga en torno a propiedades privadas, tiroteos, bombas explosivas sabotajes, destrucción, abierta violencia e intimidación? ¿Qué clase de poder es éste? Si constituye una amenaza a la vida, la libertad y la propiedad, entonces teóricamente el gobierno debe suprimirlo. De otro modo, semejante coerción desplazará al gobierno debidamente constituido y, falseándolo, habrá de convertirlo en instrumento de agresión contra la vida y la propiedad. En todo caso, parece sumamente impropio referirse a este importante y coercitivo aspecto del moderno gremialismo como una forma de poder económico. El poder económico es una ventajano una inconveniencia-- para el individuo y para la sociedad.
(1)El problema no es diferente respecto a los sindicatos obreros en otros países. N. de la R.
(Publicado por Ideas sobre la Lbertad, Año II, Junio de 1961, Nº 7, págs. 12 a 16, Centro de Estudios sobre la LIbertad)
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