CAPITALISMO Y MORAL. VALOR Y PROPIEDAD.
Sobre las críticas filosóficas y económicas de la izquierda
Por Gabriel Boragina
En este artículo me voy a ocupar de las principales objeciones que se me presentan en mis reiterados debates con interlocutores que defienden ideas de izquierda (cuando hablo de ideas de izquierda en general englobo a socialistas, comunistas, fascistas, nazis, anarquistas, socialdemócratas, etc. Por razones de simplificación siendo consciente de las diferencias que los separan que no obstante son mucho más de forma que de fondo aunque ellos se enojen - y mucho - cuando se les señala esto). Los temas que se objetan son variados, por ello no deberá sorprender al lector que tal variedad se refleje en la estructura de este artículo aunque aparentemente no estén relacionados unos temas con otros. El objetivo es responder a las mayores objeciones que son de índole moral.
Una de las mayores contradicciones que suelen escucharse es aquella por la cual se dice que el capitalismo es productivo pero a la vez inmoral. Veo una incoherencia en este punto: ¿cómo puede ser inmoral el sistema que ha creado millones de alimentos para las masas desposeídas, casas, vestidos, medicinas, prolongó el promedio de vida de 30/40 años, normal en la Edad Media y Moderna, al actual nivel de 80/90 años? ¿Cómo puede ser inmoral el sistema que a pesar de todos los embates del socialismo, fascismo, nacionalismo, colectivismo, socialdemocracia, etc., etc. sigue, a pesar de ello, alimentando a masas de gentes que hubiera sido impensable alimentar hace 50 años atrás o menos, tal vez, y un sueño hacerlo hace un siglo atrás?. No hay matices. Lo productivo no es solamente en lo económico. Productivo es un concepto que excede lo económico. Lo productivo es moral, lo improductivo es inmoral (y no estoy hablando de economía).
Suelen los izquierdistas también separar valor de propiedad. Pero en realidad valor y propiedad son conceptos inseparables. El trabajo del campesino, por ejemplo, tiene valor porque la tierra tiene valor (propiedad). Si la tierra no tuviera valor (propiedad) el trabajo del campesino no tendría valor alguno. De manera tal que el valor de la tierra es anterior al valor del trabajo del campesino. Si la tierra no tuviera valor el trabajo del campesino no podría tener valor alguno (y por lo tanto no sería remunerado). En el mercado se remunera aquello que tiene valor (o sea que es susceptible de ser objeto del derecho de propiedad).
Otro punto es negar la propiedad. La izquierda se contradice al negar metafísicamente la propiedad y al mismo tiempo propugnar su expropiación para entregársela a los campesinos (algo que metafísicamente no existe no puede ser expropiado).
La historia del mundo es un esfuerzo de los grandes hombres por convertir a los hombres malos en buenos. Estamos lejos de lograrlo, pero aun así ¿quién ha mejorado notablemente el comportamiento de los hombres, quién los ha civilizado? La respuesta es indudable: "El capitalismo" (ver L. V. Mises en su libro "Acción Humana")
Muchos izquierdistas cuando tratan de refutarme suelen decir que yo no puedo comprender sus explicaciones porque ellos me hablan desde la filosofía y que como yo soy economista hablamos lenguajes diferentes. Es interesante estudiar este argumento.
Veamos. Si yo en mi clase a cualquier pregunta de mis alumnos respondiera: "Mira lo que ocurre es que tu no me entiendes porque no eres economista y si yo le explicara esto mismo a un economista me entendería perfectamente." ¿Que tendría que hacer el alumno que recibe esa respuesta de su profesor?. Pues si yo fuera el alumno iría y lo denunciaría a las autoridades de la universidad por incompetente. Conclusión: cuando defiendo una tesis y la explico, o pretendo explicarla, tengo que tener presente que mi interlocutor cree, de buena fe, que me pongo a hacerlo porque domino la materia, aunque sea medianamente. No obstante ello los izquierdistas en el debate me acusan de dogmático cuando en repetidos pasajes de nuestras discusiones manifiestan que desconocen a fondo las ideas de izquierda que defienden y que no pueden explicar sus implicancias prácticas (¿?). El alumno de mi clase, supone que se de lo que estoy hablando y que medianamente domino la materia. Yo hago lo mismo respecto de mis contrincantes izquierdistas, por cuanto se supone (y todos los que asisten a los debates lo suponen asimismo) que ellos saben mas que yo sobre las ideas de izquierda y en consecuencia, se supone también, que lógicamente tendrían que estar en mejores condiciones que yo para poderme explicar a mi y a cuantos los escuchan o los leen, lo fundamental de la izquierda. Pero en lugar de ello ¿qué es lo que hacen?: están tratando de propagar una ideología que admiten reiteradamente y en forma directa y personal que desconocen. Son incapaces de replicar satisfactoriamente sus intimas contradicciones. Rápidamente encuentro en la mayoría de mis debates que, curiosamente, termino sabiendo más yo de la izquierda que el izquierdista (y lo digo sin jactancia y a mi pesar porque en todo debate lo que verdaderamente busco es aprender y ampliar al máximo mi campo de conocimiento sobre las teorías con las que discrepo).
No se explica entonces su énfasis y por momentos, fanatismo. No es repitiendo al final de cada uno de sus mensajes, aquellos trasnochados slogans de "hasta la victoria siempre", "anarquía" o "proletarios del mundo uníos" (como hacía el agitador de Marx y sus secuaces) como si fueran loros, la manera en que van a convencer a quienes puedan escucharlos. Dicen que no les entiendo por que no soy filósofo. ¿Cuántos filósofos creerán que marchan en las filas de los trabajadores? ¿Esperan que les entiendan todos los otros hombres que están y vendrán, que seguramente no son filósofos?. No se limitan a ello. Afirman desconocer economía a la que a su vez le restan todo mérito. Son conscientes además que la propiedad y el capitalismo, por citar dos ejemplos concretos, son puntos mayormente económicos, y no obstante la admisión expresa de su desconocimiento opinan desembozadamente sobre ellos y pretenden refutar doctrinas económicas. En realidad no le hacen un favor a la izquierda sino al liberalismo al refutarse a si mismos. Pero lo curioso es que después de admitir sus yerros vuelvan al poco tiempo a insistir sobre ellos como si su anterior admisión nunca hubiera existido o hubiera sido olvidada.
Sin embargo no deja de ser sorprendente, como sus slogans trasnochados y carentes de todo sentido lógico prenden en la gente culta y preparada, la que teóricamente tendría que estar en mejores condiciones de pensar. Los lavados de cerebro de la izquierda siempre han sido, en este sentido ampliamente efectivos sobre todo en aquellos sectores mal llamados de "clase" media.
La izquierda no nos permite aprender absolutamente nada sobre la forma de mejorar la vida de la gente en este mundo real. Ya la Escuela Austríaca de Economía o Escuela de Viena (EAE) se ha ocupado de señalárnoslo, con éxito a mi juicio. El capitalismo ha dicho ya cuanto era menester sobre el punto. La izquierda (sobre todo en su versión anarquista) con su imaginario mundo de hombres-ángeles, todos santos, todos buenos, todos honrados, todos dispuestos a compartir sus posesiones, con sus contradicciones, negando la existencia de la propiedad y al mismo tiempo propugnando expropiarla a los capitalistas terratenientes, bueno, la izquierda es similar a una religión pero no para otro mundo sino para la tierra. Una religión sin cielo, atea. Mejor dicho con varios dioses paganos, el dios solidaridad, el dios fraternidad, el dios igualdad (algo que ni siquiera la izquierda puede explicar que es, excepto que es lo que ellos quieren que sea).
He leído a Marx, Engels, Gramsci, Castañeda, Rawls y a otros ídolos suyos. También leí a los anarquistas. Su religión es atractiva. Un mundo sin hombres malos. Sin delincuentes, sin cárceles, sin represión (¿cómo va a haber represión si todos los hombres se comportan como ángeles?). Cuando la izquierda pueda convertir a los hombres en ángeles sin mácula ni pecado, genios del tamaño de un Aristóteles o un Sócrates, tal como era la profecía de Trotsky, y convertir las piedras en oro, seré el primero en pedir una ficha para anotarme en las filas de la izquierda. Pero mientras el mundo siga siendo lo que es: gente buena y gente mala, ladrones, asesinos, violadores, dementes, etc., desde un punto de vista estrictamente moral y haciendo abstracción de los conceptos económicos, no hay nada mejor que adherir al liberalismo (capitalismo).
No creo que el capitalismo sea perfecto. Nada humano lo es. Es lo mejor que se ha inventado para convivir, pero puede mejorarse no lo dudo. No ha existido siempre, tuvo que ser inventado de la misma manera que la propiedad privada.
En el mundo de nuestros días y sobre todo en las grandes ciudades abundan los capitalistas con ideas de izquierda. Conozco varios personalmente. No serán los primeros ni serán los últimos que conozca. En realidad es la clase que más abunda. Y por eso son los más peligrosos. Aquellos que viven del sistema, chupan de él, amenazan y procuran destruirlo. Si permitimos que los capitalistas de izquierda avancen, pronto la civilización se terminará de hundir en la barbarie (no es dogmático lo que digo, dentro de esta afirmación hay incontable cantidad de tomos escritos. Mises, solamente para citar un autor, escribió más de 46 y son mayoría los izquierdistas que confesaron no haber leído a ninguno).
Otra critica que nos hacen es que la izquierda procura soñar con un mundo mejor mientras que el capitalismo no se lo permite. ¿Soñar? Si, está permitido soñar ¿cómo el liberalismo les va a impedir soñar? Sin embargo el liberalismo va más allá. Lo que el liberalismo hace es soñar y realizar, concretar, trabajar en favor de un mundo mejor. No hay dogmas liberales. Dogma es aquello que no se puede probar. Una y cada una de las afirmaciones liberales han sido probadas y recontraprobadas. Funcionaron. Pero yo no puedo explicarlas en pocas líneas. Es a eso a lo que no le prestan atención los izquierdistas. Suena dogmático lo que digo porque no es otra cosa que un resumen apretadísimo de todas una serie de razonamientos lógicos que se estudiaron en teoría se ensayaron en la práctica y demostraron su superioridad por sobre los otros sistemas.
Puedo aceptar todas las intuiciones de la izquierda. Puedo aceptar que emocionalmente rechace el capitalismo. Lo que es inaceptable es que todos los izquierdistas hagan de él su forma de vida y pretendan destruir lo que usan para vivir, ese capitalismo que permite la supervivencia de millones de personas, entre ellas la supervivencia de los más pobres.
Son muchos los izquierdistas que hablan de la propiedad como si se redujera exclusivamente a la tierra. Se que hay pobreza en el campo de casi todos los países en desarrollo. Pero no vivimos en un mundo de pobreza generalizada. Además, se equivoca la izquierda en cuanto a la causa de la pobreza. No es por el capitalismo. La pobreza existe desde mucho antes. El capitalismo se funda en el siglo XVIII. La pobreza existe desde que el hombre es hombre. La pobreza se reduce cuando llega el capitalismo. No es una afirmación dogmática, detrás de ellas hay cientos de tomos escritos explicando el por qué. No puedo lamentablemente ahorrarle al detractor su lectura.
Una típica excusa para no investigar y refutar con fundamento es acusar al capitalismo de dogmatismo. Es raro encontrar un izquierdista que constate por si mismo lo que hay de cierto en las afirmaciones capitalistas con los textos en los que me nutro. Ahí verán, si alguno estuviera dispuesto a tomarse la molestia, lo que pocas veces ocurre, los fundamentos que por razones de espacio yo no puedo exponer aquí.
Modernamente se ha tornado popular entre ciertos filósofos de izquierda vapulear a Ayn Rand y con ella criticar a todo el capitalismo. Ayn Rand es manifiestamente insuficiente para criticar las ideas capitalistas tratándose tan sólo de una de sus vertientes. Mas insuficiente haber leído un solo libro de Rand como confiesan pocos izquierdistas. Además la Sra. Rand fue la fundadora de una "religión" tan utópica para mí como la izquierda y el socialismo, el objetivismo. Sin perjuicio que comparto cerca de un 75 o 80% de lo que dice, sus postulados filosóficos no me resultan realistas (a pesar de que insiste se hallan basados pura y exclusivamente en la realidad). Lo único bueno que encuentro, por el momento, en la filosofía objetivista es su apología del capitalismo, pero muchos de sus fundamentos epistemológicos me resultan endebles. Esta crítica se la hicieron mucho antes que yo Mises y Rothbard, entre otros. Jamás pueden poner uno al lado del otro, como se estila ahora entre algunos filósofos de izquierda, a Mises, Hayek, Rothbard y a Rand. Es como comparar el día y la noche. Mises siempre ridiculizó las teorías de Rand.
Sin duda, muchos utópicos izquierdistas estarían más de acuerdo con Mises o Hayek si hubieran leído algunas de sus obras. Pero hay pocas esperanzas de ello.
Esperamos tus comentarios, críticas y preguntas en este e-mail gboragina@radar.com.ar
Para volver a la página principal y al foro de discusión